domingo, 30 de junio de 2013

Prólogo de Unsaid Things - parte 1

Prólogo: 

'Un masaje especial':

Indonesia, 2011

Imagina esto. 
Cuatro jóvenes chicos acaban de llegar a su hotel. Ha sido un largo viaje. Una multitud de fans esperaban en el aeropuerto - un alivio, porque ninguno de ellos sabían cuan conocidos eran en Indonesia, pero eso significa que tuvieron que ir acompañados por seguridad en el aeropuerto. Ahora, están en la tranquilidad de sus habitaciones. Un momento de paz antes de que regresen al torbellino. 
Normalmente en el tour, tiene un fisioterapeuta que viaja con ellos. Dar conciertos puede tensar tu cuerpo. Los músculos necesitan ser frotados. Las espaladas necesitan ser sonadas. Pero esto era una visita rápida y el fisioterapeuta se quedó en casa. 
Uno de los chicos vio los folletos del hotel. Se ofrecen masajes. Lo mejor después de un largo viaje. Llamó a recepción y pidió su masaje. 'Sin dudarlo, señor. Ahora mismo señor ¿Su número de habitación de nuevo?'
Diez minutos después, alguien llamó a la puerta. Una mujer entra y mira al joven hombre de arriba a abajo. 'Quítate la ropa por favor', dijo ella. Su inglés no era bueno. 
El joven se desnuda, quedando en ropa interior. 
'Y esos por favor' 
'¿Estos?' 
'Quiteselos, por favor...'
'¿En serio?'
El joven se siente un poco incómodo. No está acostumbrado a hacer esto. Pero cuando en Roma...Se quita la ropa interior. 
Siguiendo las instrucciones de la  masajista, se acuesta en la cama boca abajo, su modestia protegida por una pequeña, toalla blanca. Nada más. La masajista empieza a frotar su espalda. Los hombros primero, después baja a la columna. Va un poco más abajo de lo que espera, pero está bien, porque ahora se ha pasado a las piernas, empezando en los pies y subiendo. 
Pantorrilas. 
Muslos.
Muslos superiores.
Muslos superiores superiores.
Es más arriba de lo normal, piensa para si mismo. Pero quizás se hace así en Indonesia. 
Se queda sin aliento. ¿Acaba su mano de rozar ligeramente sus testículos? ¿Lo hizo a propósito o fue un error? 
Un error, decide.
Pero entonces...no...definitivamente  sus testículos. 
La masajista levanta su toalla de tal forma que su culo queda expuesto al aire. Está claro que algo inesperado está sucediendo, pero el se siente demasiado británico como para decir algo. Ahora ella está sentada en sus piernas, masajeando cada centímetro de su desnudo culo.Él en verdad preferiría que ella se detuviera, pero dejó que llegara tan lejos. ¿Cómo podría empezar a oponerse ahora? 
¿Qué debería hacer? 
Está sudando. Han pasado quince minutos del intenso masaje en su culo. La masajista se baja. 'Volteese ahora' instruye ella. 
Voltearse. De acuerdo.
Se voltea, agarrando incómodamente la toalla para cubrirse. La masajista empieza en su torso, pero ya no es un masaje. Para cualquiera, esto es un roce sensual. Se concentra en mantenerse calmado. Cualquier señal de excitación debajo de la toalla dará un mensaje que no quiere enviar. 
De repente ella quita bruscamente la toalla. Y ahora no hay duda alguna de sus intenciones. Está tocando sus testículos mientras toca su hombro. 
'¿Quiere un masaje especial? le pregunta.
'Er...'
'Masaje especial' insiste. 
'Es, er...ya es suficiente especial...muchas gracias' dice apenas. 
Una pausa.
'¿Seguro?'
Él asiente. Con demasiado vigor. 'Muy seguro' dice. 

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